En la primera mitad, y hasta el minuto treinta aproximadamente, donde el árbitro pitaba un penalti dudoso, ya que el balón volaba muy por encima de la portería y no había oportunidad de gol, se vio un partido aburrido de balonazos arriba y abajo, pero con el resultado de 1-0 nos íbamos al descanso.
Fue en la segunda parte, y con el equipo almonteño contagiado del juego insulso de Los Rosales, donde predominaba el balonazo y aprovechando el conocimiento del bote del balón del equipo onubense, cuando vino la oleada de goles, que aprovechaban faltas, contragolpes, etc., para conseguir el resultado final de 5-1.
Merecida derrota del equipo de Almonte, en un campo que dificulta muchísimo el juego del fútbol, y que afectó considerablemente el juego técnico del equipo almonteño.
Después del mal sabor de boca del partido, comida de convivencia, para olvidar lo acontecido.
A pasar página, y a pensar en el siguiente encuentro.